Mientras más reciente haya sido la cosecha de la miel, mejor es su capacidad antioxidante, es decir, mayor es su poder terapéutico.
El tiempo en el que los biocomponentes de la miel comiencen a desnaturalizarse, desactivarse o perderse; depende de las condiciones de almacenamiento y la estabilidad química de ésta, pues son muy sensibles a la luz, el calor, el pH, la humedad, entre otros…
Por esto siempre:
Revisa el lote y la fecha de «consumir antes de» que aparezca en las etiquetas o si tienes posibilidad, pregunta la fecha de cosecha.
Almacena tu miel en un lugar FRESCO, OSCURO Y SECO. Puedes ponerla en la nevera, siempre y cuando te guste que cristalice rápido. ¿Qué es la cristalización?
Compra miel en cantidades acordes a tu consumo y no la almacenes por más de 6 meses.
El color oscuro en una miel es muy apetecido (denota mayor cantidad de minerales), pero únicamente cuando es un color original desde la cosecha. A medida que pasa el tiempo la miel va oscureciendo y este cambio de color sólo indica poca frescura, al aparecer un componente no recomendable para el consumo, llamado HMF.