ASOCIACIÓN DE APICULTORES DEL MACIZO COLOMBIANO
En la corona del Macizo Colombiano —esa ECO REGIÓN sagrada donde nacen las cordilleras Central y Oriental, y donde los ecosistemas andino, amazónico y pacífico se encuentran como viejos amigos que se reconocen— vive una comunidad que PROTEGE LA VIDA.
Allí, donde también nacen las cinco arterias fluviales más importantes del país —Cauca, Magdalena, Putumayo, Caquetá y Patía— y se origina el 70% del agua dulce de Colombia, la miel no es solo sustento: es territorio, herencia y guardia ambiental. A esa estrella hídrica de América la llaman muchos “madre del agua”. Para quienes conforman APIMACIZO, es también Madre de la Dulzura.
APIMACIZO nació oficialmente el 9 de noviembre de 2009 y hoy, 16 años después, reúne a 133 familias apicultoras de los municipios de Almaguer, Santa Rosa y La Vega (Cauca). Son custodios de 2400 colmenas que habitan entre los 1600 y los 3000 msnm, en paisajes donde el viento cambia su aroma con la altura y cada floración escribe una historia diferente.
Las cosechas, diversas como el propio Macizo, se dan en tiempos distintos según el territorio y su miel —profunda, aromática, sorprendente— expresa perfiles florales, balsámicos, minerales e incluso animales, dependiendo del piso térmico. Los mielatos de roble y las cristalizaciones naturalmente cremosas son tesoros frecuentes en estas alturas.
No ha sido un camino fácil. Un gran reto ha marcado su andar: la comercialización. Sin embargo, la historia de APIMACIZO está hecha de hitos que hablan de persistencia:
• Su constitución legal como asociación
• La operación a través de un centro de acopio propio
• La alianza con los tres municipios en 2016
• Y, sobre todo, haber permanecido en el tiempo sosteniendo una miel de carácter excepcional
El sueño que hoy los mueve es claro: consolidarse como la asociación apícola más importante del Cauca, tejiendo alianzas con más municipios y llevando la miel del Macizo a los territorios donde su sabor —y su mensaje— merecen llegar.
Porque para estas familias, producir miel no es solo producir alimento. Es proteger el agua, cuidar las montañas y asegurarse de que los ríos que nacen en su tierra sigan corriendo libres, dulces y vivos para Colombia y el mundo.
Foto: Cortesía de APIMACIZO