Dependiendo de las flores de las que las abejas recojan el néctar para elaborar la miel, ésta puede variar sustancialmente en color, olor, sabor, densidad y tiempos de cristalización.
Según el clima, el piso térmico, variables agronómicas y otras; la vegetación cambia, por esto, no es lo mismo una miel de la costa o de Cundinamarca o del suroeste Antioqueño.